lunes, 12 de marzo de 2012

Como empezó todo

Hace no se cuantos años, cuando yo era mucho más pequeña, estaba fascinada con los gatos, no poseía ninguno, solo mis tíos y sus gatos, francamente, me daban miedo.
Después me enteré que el mejor amigo de mi hermano tenía una gata muy linda, y a la casa de dicho amigo, íbamos cada viernes y yo me había encariñado mucho con esa gatita. Poco después no enteramos que la gata estaba embarazada y yo no podía contener mi felicidad, iba a tener una gata.


Yo no estaba cuando los gatos nacieron, más el amigo le contó a mi hermano lo que había pasado y yo no podía parar de saltar de alegría, hasta que mi madre me rompió la ilusión diciéndome:
-Lo siento tanto, pero no podemos tener un gato.-
Nadie en la casa era alérgico a ellos ni nada por el estilo, pero simplemente, por razones que yo desconocía, no podíamos tener un gato.


Era un viernes cualquiera, yo estaba sentada en un sillón en la casa del amigo de mi hermano viendo como los gatitos jóvenes jugaban con su madre. Cuando me acerqué a ellos, la madre, al parecer, me dejó acariciarlos, y así extendí mi mano para tocar a una gatita blanca con manchas coloridas, pero ésta me rasguñó la mano.


Intenté con la mayoría de los gatitos, ya que eran cinco, hasta el final entró mi hermano y me dijo:
-Pah, ni le intentes, la única gata que se deja tocar es aquella, y viendo los rasguños en tu mano, supongo que ya intentaste con todos.- 
Acto seguido señaló a una gata, la más pequeña, aparentemente, con pelaje rayado y ojos grandes y verde ácido.


Sonreí y me acerqué a la gata, ya que aún no la había tocado. Me acerqué lentamente y extendí la mano, en lugar de que yo le acariciara la cabeza, ella puso su diminuta cabeza debajo de mi mano y extendió el cuello para tocar mi mano con la cabeza.


En ese momento sentí que quería a esa gata y que nunca la iba a dejar ir, cuando llegó mi madre a recogernos, le conté la historia y lo único que me dijo fue:
-Pues tu abuela quiere un gato, vamos a ver si ella puede tomar éste.-
Nos llevamos a la gata a nuestra casa, en el camino se asustó mucho, ya estaba suficientemente grande para saber que era estar sin su madre, pero no sabía como se veía otro lugar.


Dos días después de tenerla en la casa, ya le habíamos puesto nombre, aunque mi hermano no respetara su nombre y la llamaba por el nombre que él le quería poner, pero yo le seguía diciendo por el nombre que yo le había elegido y el ganador, Minusch.


El nombre lo había sacado de una película sueca, llamada Miss Minoes, pero como yo la había visto en otro idioma, la conocía como Minusch y como los ojos de mi Minusch brillaban igual que los de la protagonista, decidí nombrarla Minusch.


Poco después descubrimos que Minusch tenía pulgas, y como mi abuela tenía una gata de pelo muy largo, decidimos que nos íbamos a quedar a Minusch hasta que las pulgas se le quitaran, pero nos encariñamos con ella y no la dejamos ir.
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domingo, 11 de marzo de 2012

Hola mundo

Hola a todos!
No voy a especificar nombres, 
pero eso no importa, el punto es
que abrí este blog porque 
ADORO a los gatos, yo misma tengo 
tres, antes tenía cinco, pero ya no, 
ahora solo son tres.
Espero que les guste la idea, 
a cualquier persona que lea esto
(aunque no sean muchos)
Saludos, 
Kaya (nombre puesto, no nombre verdadero)